domingo, 7 de noviembre de 2010
Rega mis huellas.
Amigo, siento que el tiempo intenta volar,
como gallinas de campo seco,
que el tiempo pasa de barril en barril tomando lo incómodo de mis angustias y penurias nocturnas,
me das un brindis si termino antes de secarme por completo,
chocando copas de pensamientos enmascarados por culpa de la incomprensión mía,
de mí hacia a mí, hacia todo lo vuestro,
amigo, cuando aterrice en la tierra sucia...
regarás mi flor caída del pelo como hojas amarillas y crujientes?
Quiero volver a crecer de barro en barro,
dejando huellas de mis pisadas en el ancho camino por donde circulan las ruedas de aquel destino tan incierto que construyen esas máquinas insensibles,
rompiendo cada cosa que se les pasa por delante,
pido cuides mis huellas, decirle al camino que una vez engendraron zapatos gastados pero plenamente felices,
amigo, dejar que crezca un árbol de recuerdos,
una vez os dije que eramos como ellos,
que esa vez cumplas mi hipótesis tan pobre de papel,
tan ausente de materia,
tan completa de fe.
Ahora siento que el tiempo ya pasó,
que en tus lápices de palabras sinceras
dejaré la constancia de mis riquezas silvestres.
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