domingo, 8 de mayo de 2011

Cuanta luz,
querida duda
en el seno de mi pecho
como letras danzando en pupila completa de recuerdos.

Como cuando el aire era nuestro y respiraba de tus besos
para mi bendito tratamiento de ahogo en soledad.
No conozco más versos
en tan somnoliento recuerdo de un presente
hecho del ayer pleno,
sin futuro en mis pensamientos.

Me quedo entonces con las tardes de un nuevo nacimiento
entre miradas estupefactas y despidos del ahora esperanzada,
de un regreso sin vuelta intangible,
y una conquista sin tàctica.