Yo sabìa señor.

Yo sabía señor,
que ya no existías,
perdón,
lo siento y lo corrijo,
nunca exististe,
sin embargo te llevaba cada noche a mis manos apuntando el techo,
como si fuera a encontrar tu luz,
pero cerraba los ojos señor,
tratando de imaginar como era tu barba rojiza,
o tu túnica blanca colgando hasta la punta de tus dedos flotantes.

Era una niña señor,
con anhelos inocentes, puros y sencillos,
con las ganas de tener hambre y comida a la vez,
de levantarme de la cama cada mañana y verte ahí esperando
a que abra mis ojos y te mire casi alabàndote.

Y que hay de mi...
el constante gastar de mi amor ya se había ido en vano,
casi arrastrando mi pelo en la esperanza de lo incierto.
Usted señor, que quiere tragárselo todo sin abrir la boca,
sin mostrar rostro alguno en las predicas de pensamientos ajenos.

No me pida a mi que crea en usted,
menos ahora que empiezo a creer en mi y en el gaste de energías
en la cama, con Dios encima, con la luz impregnada en mi cuerpo
y con los deseos finalmente cumplidos.

Dime.

Dime si despuès, cuando el cielo ya no exista, 

cuando la aves se tiñan de negro azabache enterradas en el mar, 

cuando los meses pasen en vano, 

dime ahì, 

si alguien llorarìa por ti. 

Como lo hacìa yo a veces, 

cuando todo era cierto y falso a la vez,

 cuando sòlo estabas tù, 

durmiendo entre las sàbanas sucias de mi alma.

 Dìmelo.

Dímelo, y acuérdate de cuando me lo dijiste.

Para no olvidar la respuesta,

ni tampoco los detalles de los dìas soleados en tu cama, 

cuando adoraba tu pelo entre mis brazos. 

Y los suspiros en mi cuello,

tu subir y bajar de campanita hacìa una melodía que me dormía plenamente. 

Dime entonces, si alguien del futuro, 

si es que llega a existir, que serìa capaz de amarte y adorarte como yo. 

Desperté una noche en mi cama,
con los ojos abiertos ya me encontraba,
lo que desperté fueron ideas,
estas letras tan caminantes en la nada,

Se parecen a mí,
tienen las mismas ganas de salir,
de irse lejos, con todo y para siempre,
claro que ellas pueden,
yo no podría ni tomar el bus en la esquina,
con las manos sobre mis ojos trato dejar de verte,
ni cerrados ni cubiertos te puedo sacar de mi mente.

Si pudieras amarme con dulzura,
daría cuenta que toda la amargura no fue en vano,
yo adorarla a ella, querer adornarla,
saborear cada vacío que palpitaba en tu mirada desviada.

Malditos poetas.

Poetas absurdos, poetas locos,
borrachos, bien curados,
casi puros de tanto alcohol,
casi santos de tanta palabra de libro,
casi sutiles con tanto sueño vagando,
sí, ustedes,
 para mí son los únicos que saben soñar,
porque es el único mundo que conocen,
poetas borrachos,
yo amar a ustedes,
ustedes saber más que yo como se vuela con las alas quemadas,
como se ama con tanto odio,
como se mata la realidad con tanta vida en el día soleado y fresco.
Mujeres, oh mujeres,
yo soy una de ellas,
incomprensión.
Borrachos,
yo amarlos a ustedes.
poetas del cielo, del infierno, pero nunca de la tierra,
no más que polvo desquerido recorriendo en carretillas viejas,
untadas en barro.
Poetas locos, malditos,
me consumen en plenitud con tanta desgracia que traen,
yo amarlos a ustedes.

Soñaré sin parar, 

por las olas del mar,

 un silbido en mi nariz sin respirar, 

y los dedos del sol cantaré al viento, 

juraré mis trenzas de cristal.
Bailaré,

 bailaré,

 a la luna bailaré, 

sin las voces escondidas del amor.
Soñaré, soñaré, soñaré....

Mujer enamorada.

No es necesario que me ladres en luna llena para saber que estás presente, porque la verdad, la estúpida verdad, es que soy yo la que siempre está atenta a tu presencia.

Reconozco a veces, que cuando apareces sin ladrarme, me muerdes hasta un pedazo enorme sacarme.

No te grito el dolor de aquella mordedura extraña... porque temo algo invisible ante tus ojos, no sé lo que es, quizás es porque creo saber que si te grito con tormento y lujuria pensarás que muero por ti, cosa que cobardemente no quiero que imagines, pero al mismo tiempo si guardo silencio sé que con tu conocimiento y sentido humano empirista ya sabrás, quizás, lo que siento sin tener que mirarme por última vez.

Cómo no cuestionar los momentos juntos, si tan sólo me pregunto con quién más podría ser tan feliz en un infinito minuto. Cómo no sentirme extraña cuando sepa que estás con otra, si tan sólo quiero saber porque ahora no estás conmigo, de por qué no pude ser yo la princesa encantada y afortunada de ganarme tu amor en plenitud, es imposible no preguntarme éso, más aun cuando he pasado el tiempo desnudándome sin verguenza, invitándote a las nubes, compartiendo mis estrellas, siento plena y sincera, siendo fuerte y silenciosa, conforme y desconforme.

De las veces que he sido afortunada de besarte lo hago con emoción, te miro con delicadeza, te sonrío con franqueza porque tengo la fe de que algún día extrañes y necesites esos detalles y luego me busques sin cesar, no olvides que estaré ahí posada o quizás dormida soñado con aquel momento tan esperado.

Eres la simpleza y complejidad de un hombre, eres el inicio y el extremo de la sencillez, mientras que yo soy una semilla esperando saborear el agua pura de un río, una sombra intentando penetrar en cuerpo, una palabra deseando llegar a tus sentidos, una dama esperando lo que no conoce, soy yo intentando abrazar con libertad las cadenas de tu amor.

Combate dulce.

Cayeron de golpe aquellos ojos de miel

en pleno combate de amargura,

se levantaron con el vientre herido

por el calor ardiente desquerido.

Aguardamos un momento en silencio

todos juntos la batalla del olvido

para recordar unida a tu pueblo

la tierra descolorida, madre de flores

suspendidas en peldaños de amoríos.

Compañera ve mi llanto, sube conmigo

hasta la cima del rebelde encanto, no

mires hacia abajo porque volveré al

quebranto del cual me costó un horizonte

balancearme.

Ay mujer desnuda que golpeas como mares

entre candados de mariposas multicolores

de su amo, sálvame del cielo que me atormenta

con sus paños tibios enfiebrados.

Cura la locura de mis ojos que brotan

lágrimas de fuego desde el techo

de tus pérdidas humanas, y que recorren

el choque de cuerpos insensatos.

Sigue conmigo el bruto camino de tierra

porque es aquel el que con sincera mirada

de raíces nos espera para levantar nuestra

arpillera de esperanzas al siglo de nuestros

seguidos ideales.

¡Toma tu silencio y dispara desde tus entrañas

al rival delante de su cara para recitar que de tu pueblo

no te separa!

Junta luceros con esmero para un

mundo de guerreros y hácelos brillar en cada corazón

humilde de tus ancestros compañeros que han sembrado

nuestros destellos.

Porque los suelos de las leyendas murieron brevemente sin el crepúsculo de los años…y se mantuvo el silencio como afasia del hombre vivo, vivo con su lujuria negligente…

Quiero esa mirada penetrante.
Esa que recorre entre mis glóbulos y llega hasta mi corazón.
Esa que cada vez que me acuesto imagino encima de mí.
Esa que extraño cuando beso tus labios y cierro mis ojos.
Aquella que una vez me contó que deseaba seguir viéndome.
Aquella que me abrigó en los momentos más helados.
Aquella que durante un corto periodo de tiempo me complementó hasta el infinito.

Llegué aquel día con tan solo un objetivo.

Pasaron los días y supe que un sol existía.
Las noches siguieron a oscuras, pero tu existencia iluminaba aún.
Aun no sé como el viento volteo mi cara para descubrir tus ojos, 
Esos ojos que me presentó con encanto llenando el espacio vacío que había dentro de mí pero bajo el defecto de querer tener tus besos para completar el eclipse.

Necesito mis piesitos descalzos para sentir la textura relativa de la tierra.
Necesito mis manitos sucias para entrar en verdadero contacto con sus vibraciones.
Necesito mi pelo largo para reconocer las señales del viento.
Pero te necesito a ti para duplicar nuestra existencia.

Un par de pañuelos en blanco
minutos seguidos de sangre
semilla de llanto 
ojos de tristeza
cantar desconsolado
y alma incompleta
que el sol ilumine mi don
y mi boca configure sonrisa 
que mi nariz respire consuelo
que mis oídos oigan esperanza
que el viento baile a mi pelo 
y que mi pelo basile mi cuerpo atormentado
tormenta de amor en vano con mi realidad
y sueños pesadilleros con mi verdad cobarde.

Amor verdadero.

De los brazos del sol descendió amor

De los suspiros del viento pudo volar como águila

Amor puro como el agua que llegó entre ríos de sangre hasta tu corazón

¡Ay amor! Bendito seas tú entre todos los dolores...

El dolor es sano y el amor enfermizo pero curandero a la vez, si se sabe consumir, claro, porque de lo contrario permanece ahí enfermo, sin poder volar, sin esas alas de águila con las que viajó a los mares y quedarán plomas, se secarán y serán no mas que polvo desquerido, andará vagando entre ese mismo soplo de vida que lo llevo a la muerte.

Pero podría no ser así y convertirse lentamente en miel con cierta metamorfosis sutil, y podría vivir naturalmente en flor, con olores placenteros y eróticos, ya no seria desgraciado, estaría agradecido porque completo es el amor cuando amor se le da.

Aquella noche.

Y aquella noche me fui como si nada, pensando que horas antes me había ido ardientemente, el erotismo de ese placentero calor interior quemaba haciendo humo las neuronas de mi mente y solo el hilo de mis sentidos me llevaba dejándome yo llevar por el. Un camino sin tiempo, sin problemas, un camino de dos materias universales unidas entre si, transformadas, destruidas y trasformadas, compuestas en sentidos múltiples mojadas a temperatura tibia, humedeciendo lo seco de cada rincón sustancial para así luego penetrar como un circulo anilloso entre dedos supuestamente enjabonados, con algún inconveniente pero momentáneo hasta el punto de ebullición mental que deja la blancura de los ojos en el techo para caer lentamente al costado de una pequeña posa inquieta y fértil de blancura celular. Luego me voy, sin despedirme, con el corazón corriendo suelto por todo mi cuerpo hasta cerrar mis ojos y secar mi sueño.

Mis citas.

"No estamos todos, pero tampoco estamos solos" 

"El problema es que unos pocos tienen la culpa de que muchos sepan poco" 

,El pensamiento es subversivo y revolucionario...PENSEMOS!

"Seré hereje pero mártir sobreviviente" 

"No necesitamos ser explotados para hacernos revolucionarios, necesitamos ser revolucionarios para no ser explotados"

"Hemos aprendido a caer como hojas de otoño para levantarnos luego con el viento, a llorar como las nubes cargadas del frío invierno, a reìr como golondrinas primaverales entre los cielos despejados, a nutrirlos gratuitamente con el sol cálido del verano, pero aun no hemos aprendido lo importante y hermoso que es vivir como hermanos."

Lo más triste es saber que siempre lo supimos y luego saber que no hicimos nada al respecto.

‎"Antes de tocarme y amarme, antes de hacer fuego mi cuerpo, antes de llenar de justicia mi encanto, antes de creerme viva tú a mí, antes de toda una vida para no morir sabiendo que no he vivido... hablame con la VERDAD."

Durante la noche soñé contigo, eso lo supe al despertar y recordarlo; soñé que te buscaba en una fiesta de carcajadas pero increíblemente fuiste tú quien me encontró primero para compartir una risa figurada desde los labios con tus besos. Supongo que después de aquella escena seguí durmiendo pero sintiendo a la misma vez que estaba aun en la fiesta porque desperté sonriendo, pero poco me duró, y ahora que estoy despierta y escribiendo esto me doy cuenta de que aun no salgo de aquel sueño, donde dentro de él cumplí otro, y sigo deseando saber porque durante mis sueños tenía que soñar con vos.

El todo y la nada.

Había una ves un Todo caminando muy despacio…
de pronto, llegó la Nada y se pusieron muy libremente a conversar,
¡Que lindo eres Todo!
Le decía la Nada…
Todo muy loco como era él, se puso a reír a carcajadas,
Nada muy tímida no dijo nada, pero Nada sabía muy bien que no había nada por hacer. Quizás se hicieron muy amigos, quizás no, pero Nada y Todo se quería mucho a pesar de eso.
De pronto, Todo se iba…
¿Para dónde vas? Le preguntó la Nada,
me voy muy lejos, respondió Todo con un tono muy dulce.
¿Nos seguiremos viendo? Agregó la Nada,
si, por supuesto que si, respondió Todo.
Nada muy contenta por saber eso el dio un gran beso a Todo, y hoy, más que nunca, Nada desea su regreso…

¿Quién?

Y una roza misteriosa calló del cielo, No sabía si tomarla o no,Era lo suficientemente misteriosa como para pensarlo antes de decidir tomarla, El misterio le dio susto,El susto le dio miedo,Y el miedo la tiene en un feo garlito de perplejidad en sus recuerdos… La roza ahí está, sola e indiferente, Yo no se si tomarla o no. La gente me habla, No de la roza, Pero me hablan cosas que me hacen estar ensimismada en ese objeto. Los códigos y llaves del destino están tan ocultos en un lugar recóndito como la misma respuesta que uno busca. Inconciente de su propia conciencia, pero seguro de su deseo. Que normal, no? Hay días que miramos el espejo y nos vemos como somos… Hay días, Que no se ve, absolutamente nada… Pero en el fondo… ¿Cómo es que verdaderamente somos? Esa roza será que nos corresponde… Antes de querer saberlo… Quisiera saber quien soy yo.Sólo yo… O sea… Hay que soñar.

Como el viento.

Volveré a pisar, volveré a sentir ese calor ardiente por mi pecho, y recorrerá mi cuerpo como nunca antes en la historia de mi vida, y ya no será lo mismo, no podría ser lo mismo porque esa sangre tan sangre, tan roja, es mía, tuya y de todos los demás. Y el cielo se pondrá gris, y los pájaros de patas rojas, y el mar de morado oscuro y la tierra de negro azabache y tu sonrisa como el sol de mis recuerdos y quedaré sola...sola como la compañía más grande de este mundo. Y que no me digan los vientos, porque de ellos seré parte después.-

Menos sonrisas.

Menos sonrizas es un desgaste en tu boca tan fresca,

correr al fuego,

apagar tu aliento.

Como si el viento fuera a jugar siempre con mis deseos flotantes de consumirte,

tragarte en pocos segundos.

Sentirte un poco más abajo de mis entretelas,
sentir crujir mis entrañas con mis palmas suaves fabricadas sólo para tus pensamientos.

Un día cualquiera volaré tan alto que tus ojos caeran al mar por mi reflejo,

ahogandose entre las olas por mi ausencia tan completa.

Nadarás y nadarás,

como yo nadé en tu cuerpo aquellas noches donde tu ebriedad permitía mi interrumpción

en tu talento extravagante de colores exitantes.

El mar se partirá en dos,

como el mío ahora está,

dolor,

traición,

decepción,

y amor en desamor.

Pedirás mi respiración artificial en tu boca calurosa, ahora seca de tanta agua que brindaste

en tus penurias.

Salud...y Adiós.

Rega mis huellas.

Amigo, siento que el tiempo intenta volar,

como gallinas de campo seco,

que el tiempo pasa de barril en barril tomando lo incómodo de mis angustias y penurias nocturnas,

me das un brindis si termino antes de secarme por completo,

chocando copas de pensamientos enmascarados por culpa de la incomprensión mía,

de mí hacia a mí, hacia todo lo vuestro,

amigo, cuando aterrice en la tierra sucia...

regarás mi flor caída del pelo como hojas amarillas y crujientes?

Quiero volver a crecer de barro en barro,
dejando huellas de mis pisadas en el ancho camino por donde circulan las ruedas de aquel destino tan incierto que construyen esas máquinas insensibles,

rompiendo cada cosa que se les pasa por delante,

pido cuides mis huellas, decirle al camino que una vez engendraron zapatos gastados pero plenamente felices,

amigo, dejar que crezca un árbol de recuerdos,

una vez os dije que eramos como ellos,

que esa vez cumplas mi hipótesis tan pobre de papel,

tan ausente de materia,

tan completa de fe.

Ahora siento que el tiempo ya pasó,

que en tus lápices de palabras sinceras

dejaré la constancia de mis riquezas silvestres.

Volver a estar lejos.

Volver donde 
el tiempo y la distancia 
interminable nos mantuvo cerca.

Irse con el pretexto

de conservar las palabras,

transitar por un bus de los recuerdos

que une nuestras contrarias

y similares direcciones.

Te volveré a ver cuando cierre los ojos,

me alimentaré de una mirada infinita

y de un palabra suelta, casi danzando con

los deseos de volver a tu boca y escucharla

nuevamente.

Caminaré con el aura brotando distancias

sin paraderos para llegar a tu color más visible,

es mi alma la que camina hacia ti,

cuando yo camino del lado del viento,

tratando de combatir con la lujuria

de un próximo encuentro.

Dormiré imaginando tu presencia,

para soñar con ella cuando el frío pida

abrazar otra almohada y entibiarme de recuerdos.

Cesar la insurrección por un segundo

hizo crear la ebullición para el mañana,

juntos a la bravura del sol meditando

aquella intervención de lo estático y contemplado.

Y al terminal el último minuto de sueño
despertaré con la idea de que aquella sutileza

no era en vano, desnudaré los pensamientos

que engendraron de curiosas intenciones
para vestirlos por la mañana con la avena
de mi entretela palpitando a mil.

Aquella canción.

Cuando era tan sólo una niña cantaba una canción con mi madre, caminábamos juntas y tarareábamos en las veredas calurosas de la cuidad.

Decía algo así como: "Y poco a poco fui escondiéndome en tu piel, la serpentina de tu boca me atrapó..."

Y vaya que me atrapó esa canción, han pasado más de diez años y aún la recuerdo como si hace algunos minutos hubiera llegado de aquella vereda calurosa.

Lo malo es que mi madre no recuerda como se llamaba la canción, que triste...

Después decía algo así como: "Jazmín de luna, bañaba tu pelo, y ardía en tus ojos la noche de enero"

Vaya que me arden los ojos de tanto buscar en mis recuerdos el nombre del autor.

No quiero morir sin antes saber como se llama esa canción. De viaja no, prefiero morir ahora de un infarto y no darme cuenta que nunca logré mi meta.

Después terminaba con algo así como: "Como un fantasma cruzaba las calles"

Yo no sé nada de fantasmas, pero pensándolo bien, si muero de un infarto, después me encuentro con aquel fantasma y listo! le pregunto el nombre de la canción.