martes, 26 de octubre de 2010

Volver a estar lejos.





Volver donde 
el tiempo y la distancia 
interminable nos mantuvo cerca.

Irse con el pretexto
de conservar las palabras,
transitar por un bus de los recuerdos
que une nuestras contrarias
y similares direcciones.

Te volveré a ver cuando cierre los ojos,
me alimentaré de una mirada infinita
y de un palabra suelta, casi danzando con
los deseos de volver a tu boca y escucharla
nuevamente.

Caminaré con el aura brotando distancias
sin paraderos para llegar a tu color más visible,
es mi alma la que camina hacia ti,
cuando yo camino del lado del viento,
tratando de combatir con la lujuria
de un próximo encuentro.

Dormiré imaginando tu presencia,
para soñar con ella cuando el frío pida
abrazar otra almohada y entibiarme de recuerdos.

Cesar la insurrección por un segundo
hizo crear la ebullición para el mañana,
juntos a la bravura del sol meditando
aquella intervención de lo estático y contemplado.

Y al terminal el último minuto de sueño
despertaré con la idea de que aquella sutileza
no era en vano, desnudaré los pensamientos
que engendraron de curiosas intenciones
para vestirlos por la mañana con la avena
de mi entretela palpitando a mil.

domingo, 24 de octubre de 2010

Aquella canción.




Cuando era tan sólo una niña cantaba una canción con mi madre, caminábamos juntas y tarareábamos en las veredas calurosas de la cuidad.

Decía algo así como: "Y poco a poco fui escondiéndome en tu piel, la serpentina de tu boca me atrapó..."

Y vaya que me atrapó esa canción, han pasado más de diez años y aún la recuerdo como si hace algunos minutos hubiera llegado de aquella vereda calurosa.

Lo malo es que mi madre no recuerda como se llamaba la canción, que triste...

Después decía algo así como: "Jazmín de luna, bañaba tu pelo, y ardía en tus ojos la noche de enero"

Vaya que me arden los ojos de tanto buscar en mis recuerdos el nombre del autor.

No quiero morir sin antes saber como se llama esa canción. De viaja no, prefiero morir ahora de un infarto y no darme cuenta que nunca logré mi meta.

Después terminaba con algo así como: "Como un fantasma cruzaba las calles"

Yo no sé nada de fantasmas, pero pensándolo bien, si muero de un infarto, después me encuentro con aquel fantasma y listo! le pregunto el nombre de la canción.

viernes, 22 de octubre de 2010

Donde quieras.

Donde quiera que estés,
improvisando la capucha
de tu semblante herido,
en cualquier momento,
en cualquier vocablo desnudo,
en cualquier reverberación rebelde.

Donde quiera que vayas,
acompañado del paso resistente
sobre la tierra,
sangrando un dolor apacible,
dejando huellas impregnadas
en esa piel negra que tanto
anhelaba tu fuerza.

Donde quiera que caigas,
con completo esmero
daré cuenta de como tiembla tu entretela,
de como subleva tu cuerpo,
de como el mio lo seduce para
adosarse con el tuyo.

Donde quiera que te levantes,
me levantaré contigo,
siguiendo el refugio
de tu vehemencia que tanto
me extasía,
me permite seguir,
ser,
seguirte
y finalmente asociarnos
como dos palabras engendrando versos como estos.

Sin la luna.

Diré a la luna que deje un día de cuidarme,
ya basta de noches acompañas de su luz,
soledad acostumbrada,
tranquilidad esperada.

Tranquilidad esperada porque es la luna y
su romántica existencia la que arrastra
pensamientos intranquilos cuando más
deseo cerrar mis ojos sin pensar en nada,
para no soñar con nada.

Estar en blanco un minuto,
descansar de mi propia existencia,
que luna más molestosa,
contemplarla genera lluvia de pensamientos,
 deseos, sueños, esperas,
enojos, rabias,  desilusiones.

Ni hecha polvo podría descansar de eso.

Sol...¿cuándo será el día en que logres pillar a tu enamorada luna?

jueves, 21 de octubre de 2010

Completa.



Nadie ve en tus ojos
lo que sueñan mis cuencas
de sol rojizo,
penetrado en tus arbustos
aroma inocencia.

Mirad por un segundo
mi idea de encanto,
quiero escalar tu cuerpo
hasta llegar a la luna que se
refleja en tus pupilas intensas.

Quiero escuchad el recorrido
de tu y mi sangre por nuestro
torrente sanguíneo, adjuntar
las siluetas del sonido con las
notas musicales de tu cabello
entrenzado y empobrecido.

Mirad, mirad y miradme,
habladme con tus ojos,
yo te responderé con el recuerdo
de mis mares pintorescos
para sepultar mis pensamientos
en tu aroma caminante.

E vuelto a ver aquellos ojos
en lo oscuro del callejón,
gritando por la liberación de
corazones encadenados.

Vos miraste mi dulzura,
la probaste como un trago
atractivo y adictivo
al igual que los suspiros 
que alimentan la lujuria 
de mi cuerpo.

Ahora todos dan cuenta
del amor que irradian
tus pestañeos,
ahora yo puedo beber
de los ríos que
comparten tus labios,
ahora puedo oler y
mirad las siluetas de
tus cabellos danzando en
el aire.


Ahora es cuando estoy completa.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Emociones expulsadas.

Tangibilidad de pensamientos,
realidad de deseos,
comprensión...
indulgencia enamorada.

Palpitando a mil por hora,
pero estática,
plenamente estática,
miradas caminantes,
itinerantes son mis sueños,
soñados y encontrados.

El hablar de un  minuto,
la espera de presencia
en tiempo interminable,
vagabunda de coraje.

Conciencia compartida,
inconsciencia en la duda,
respeto socialmente irrespetable
que parimos en sitio urbano.

Contemplación de la gente,
el mirar del tiempo,
y el apuro del reencuentro inocente.

Herejía de hechos sagrados
a mi cuerpo entero,
fiel a mis deseos,
infiel de lo ajeno.

Felicitaciones no encontradas,
en abrazos sí deseados,
adiós inexistente,
saludo siempre presente.

martes, 19 de octubre de 2010

"Como al aire yo te extraño"



Como a un grito de dicha
por las noches enterradas,
como al beso de mi madre por
las mañanas parientes,
como aves en el mar
buscando su alimento,
como a miles de recuerdos
en mi memoria viviente.

Como a todos ellos hermano mio,
como a la punta de mis dedos,
como al comienzo de mi pelo,
como al paso de los vientos,
como al cielo que yo admiro.

Como a todos ellos cariño mio,
como a todas tus miradas penetradas
en mi pecho,
como a todos los suspiros
de la noche a la mañana,
como el sol que nos despierta
con el sonido de sus rayos,
como a la luna que nos duerme
con las oscilaciones de su blanco.

Como a todo esto yo te extraño compañero mio, 
te extraño y necesito tanto como el aire que me salva
del enredo de mis sábanas solitarias y amenazantes 
en plena ausencia de tus abrazos fraternales y de tus 
silencios apacibles.

Llamaré compañeros.


Si hay algo que amo es mi pobreza,
sacrificio, rebeldía,
 insurgencia de pensamientos...
mi día a día tratando de mantener mi molestia.

Si hay algo que de verdad observo con comprensión es
mi población disparando ignorancias,
drogas, desigualdad donde todos son iguales, 
mis vecinos barriendo la rutina del abismo,
cada hoja de árbol a la basura,
no a la tierra con la táctica de perdurar su existencia.

Un hermano caminante con las balas por
los zapatos, zuelas gastadas de tanto hacerse humo, 
correr del enemigo que nos crea así, 
para luego matarnos porque somos así.
¿SOBREVIVIR?

Si hay algo que espero es a ese compañero
que ama lo que amo,
que sufre por lo que sufro yo también,
que espera de mí como yo de él.

Adjuntar ideas propias y hacer de ellas una sola,
una batalla infinita, un cosmos de ideales rabiosos
palpitando a mis alrededores de esperanza.

En cuanto sepa que me comprenden
y apoyan sin importar la muerte que me protagoniza...
En cuanto sienta la mano apretada sobre mi codo
casi en suelo, llamaré a cada uno de ustedes compañeros.

Manifiesto de una muerte vivida.

Dicen que cuando morimos nos vamos al cielo...
yo cuando vuelo alto estoy en el infierno,
mirando desde arriba comprendo todo.

Todo mundo asqueroso e inhumano.

Qué muerte ni qué cielo...
somos almas caminantes,
flotando en lo incierto.

Solo existe el cielo pintado a la pinta nuestra,
donde inventas toda una vida de incertidumbre.
Vaya a saber yo de tantas costumbres,
crueles, sangrientas y con mero sacrificio.

Qué muerte ni qué cielo...
somos almas deambulando,
flotando en mentiras.

Morir para que salga el sol y nos siga quemando.
Yo prefiero que me quemen y andar vagando
por esta tierra, hacer lo que nunca hice,
asustar a nuestro enemigo.

Qué muerte ni qué entierro,
siempre sembrar
el destierro está primero.

Para que comprendan como vivimos
en esta vida,
con miedo,
con hambre,
incertidumbre.

Mil derechos falsos violados
al aire libres.

Qué vida, ni que luceros,
de hambre en esta tierra yo me muero.