miércoles, 9 de febrero de 2011

Pelusas de dinero.-

Cambió el tiempo,
ya no estaban los vasos sucios,
ni los platos rotos por el piso,
bastaba con barrer el pasillo y el orden
brillaba desde lejos,
ahora se extrañaba el polvo,
y las solitarias pelusas que volaban como algodon buscando azucar,
ahora extraño bailar con la escoba,
lamentablemente te tengo a ti para danzar día y noche,
pensaba en tropezarme con una olla, 
para fingir un golpe y descansar de ti en el hospital, 
pero ya me caí en la torpeza seca y arrugada que salen de tus manos. 
Incluso con la sordera que me provoca el corazón en tu labios,
necesito silencio,
incluso cuando ya todo calla,
cuando miro el techo tratando de olvidar los colores de la soledad,
ahí, incluso ahí,
una palabra parida de tu boca me resulta un grito quebrantado,
y entonces salgo a la calle, buscando ruidos,
para silenciar ahora de verdad los recuerdos que dejaste.



Bueno amor, tú sabes, 

ya la luna está ahí, 

mirándote de parte mía, 

y aun así la envidio, 

pero sólo hasta cierto punto, 

porque ella,

 ni con sus infinitos rayos de luz,


puede tocarte ni iluminarte tanto como yo.

domingo, 6 de febrero de 2011

Miradas.-



Te saludo con una mirada,
te beso con una mirada,
te hablo con una mirada,
te sonrío con una mirada,
(también a veces te miro con una mirada)
me despido con una mirada,
duermo con una mirada,
sueño con una mirada,
y despierto con una mirada tuya por debajo de mis párpados,
voy haciendo caleidoscopios con el reflejo
permanente de la luz que entra por la puerta hecha de pestañas,
y te veo ahí,
mirándome, mirándome,
y te siento aquí,
besándome, queriéndome.
y te quiero allá,
recordándome, pensándome,
extrañando todas las miradas juntas.
Revoloteando colores e incoherencias a ciegas.