martes, 26 de octubre de 2010

Volver a estar lejos.





Volver donde 
el tiempo y la distancia 
interminable nos mantuvo cerca.

Irse con el pretexto
de conservar las palabras,
transitar por un bus de los recuerdos
que une nuestras contrarias
y similares direcciones.

Te volveré a ver cuando cierre los ojos,
me alimentaré de una mirada infinita
y de un palabra suelta, casi danzando con
los deseos de volver a tu boca y escucharla
nuevamente.

Caminaré con el aura brotando distancias
sin paraderos para llegar a tu color más visible,
es mi alma la que camina hacia ti,
cuando yo camino del lado del viento,
tratando de combatir con la lujuria
de un próximo encuentro.

Dormiré imaginando tu presencia,
para soñar con ella cuando el frío pida
abrazar otra almohada y entibiarme de recuerdos.

Cesar la insurrección por un segundo
hizo crear la ebullición para el mañana,
juntos a la bravura del sol meditando
aquella intervención de lo estático y contemplado.

Y al terminal el último minuto de sueño
despertaré con la idea de que aquella sutileza
no era en vano, desnudaré los pensamientos
que engendraron de curiosas intenciones
para vestirlos por la mañana con la avena
de mi entretela palpitando a mil.

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